jueves, 30 de junio de 2016

vivacBTT/ PEDALS DE FOC


  M A S   A LL Á  DE  LOS  S UE Ñ O S 
V IV AC BTT ___ P  E  D  A  L  S    D E    F  O  C
 
La clásica Pedals de Foc en autosuficiencia en compañía de mis hermanos beteteros del Centro Excursionista de Alicante Alberto, Pro y Marcos. Cuatro días con el reloj parado y las prisas en el bote de YateKomo. Solo rodar por los bellos paisajes de los Pirineos, alimentándonos de lo que transportamos en los petates y degustando los deliciosos platos de la montaña catalana, y disfrutando, cómo no, de las noches estrelladas en los vivacs improvisados, lugares todos ellos mágicos para dar descanso al cuerpo y rienda suelta a la imaginación.
Hay viajes que son como sueños. Bien porque te pasas el viaje soñando que sueñas mientras viajas; bien porque en el devenir del rodar generas la fuerza justa que te mantiene sobre el hilo del sueño que se repite una y otra vez, rodada tras rodada; bien porque en el dulce soñar crees estar despierto y vives aventuras extraordinarias, o al menos eso parecen.
Noche 1. Las bravas aguas del Garona
Cuando cierro los ojos me quedo mudo y aprovecho para tener una conversación conmigo mismo, convertido en mi único sustento. --Cuidado cuidado no caigas, ya has tropezado varias veces y ahora estás solo en el filo del precipicio, donde los sueños pierden hasta su valor estético. --Claro claro eso está bien, pero no olvides lo nuestro.
La primera etapa empieza con un duro puerto por pista a veces sombreada para ganar el Tunèl de Vielha. Lo pasamos fácil con permiso de los Mossos y debidamente pertrechados. Luego en el Refugio de Conangles, inicio oficial de la Pedals de Foc, cargamos agua de la fuente. Camino y sendas en bajada junto al caudaloso Noguera-Ribagorçana hasta el pueblo de Senet, en cuya sombra repostamos y arreglamos los primeros desperfectos... Reparadora microsiesta y dejamos la ruta clásica que lleva a  Vilaller y luego Iran, para encarar el Port de la Gelada, duro por largo y por el tórrido sol de la primera tarde. Una vez arriba disfrutamos de los Besiberris y los altos del Pallars. Dejamos la impresionante Vall de Barrabés y toca un panorámico descenso a la Vall de Boí, caminando al principio y algo complicado sobre todo en los tramos finales, con pendientes cercanas al 25%. En el bello pueblo de Erill La Vall nos hidratamos a base de cervezas y conocemos a Javier, que nos invita a tender nuestros sacos en la trasera de su casa, jardín que sabe a gloria.
 

Port de la Gelada
Noche 2. El jardín de Javier
Al girar el cuerpo mi cabeza en los pechos de Atenea y juntos rodamos de estrella en estrella y así pasan las noches que se suceden sin sus días envuelto en tanta dulzura, y el profundo olor de las flores.
Otra calurosa jornada para una etapa rompepiernas salvando unos cuantos collados, entre ellos los temidos Coll de Peranera y Coll d´Oli, y visitando también muchos pueblos. Unos llenos de vida, otros a medias, y otros muy escasos o carentes. De reseñar la sombra y café ofrecidas por Margarita en el jardín de su casa de Sas, momento impagable. La fantástica ruta nos lleva por los paisajes olvidados de las tierras altas del Jussà y del Sobirà. Todo aderezado con imprevistos tipo rotura de frenos, pinchazos..., nada que no tenga solución llevando en el grupo al gran Pro;) La noche entrada cuando llegamos al camping de la Vall Fosca, donde nos atienden como héroes y dormimos bajo las estrellas como héroes, y aún a la mañana seguimos sintiendo ese aliento triunfal.
Ermita de Sant Salvador
Sas
 
Noche 3. El Camping de Vall Fosca
Nada se detiene o eso parece e igual descabalgo, y sentado a la mesa como en tiempos lejanos todo fluye inmaculado. Es el mundo de la teatralidad humana. Las risas y los postres.
Duerme el Camping y nosotros bien tranquilos encarando las duras rampas del Port del Triador. Por primera vez en la travesía compartimos sufrir con mas ciclistas: un nutrido grupo de americanos que volamos con nuestro empuje. En el Alto foto de familia y por delante unos cuantos kms en las alturas junto a caballos, vacas, argentinos y quebrantahuesos. Luego el vertiginoso descenso a Espot, donde saboreamos la deliciosa escudella. A la tarde por el GR11, balcón inigualable de la Vall d´Aneu. Y cayendo el día entramos en el pueblo de Son, con su excepcional iglesia repleta de tesoros y la Casa Masover, con su no menos excepcional mesonero Eduard, que lo da todo por nuestra felicidad. 
Espot


Noche 4. El pajar de Eduard de Son
El aguacero rompe sobre el pajar de madera y luego la luna acomoda su figura en el centro del valle. Al alba el gallo despierta de las entrañas del pajar salpicando la noche de vida. Alaridos que resquebrajan el suelo que me sostiene dentro del saco. Un resorte le empuja de nuevo en tan encomiable lucha. Y otra vez. Ya no quiere dormir más o al menos eso parece. Acompaso mi sueño al suyo y poco a poco nos vamos calmando. En la negra noche de nuevo ya sólo resuena el silencio. 
Son
 

 
Iniciamos la última gloriosa jornada paseando el fabuloso Bosc del Gerdar, enorme reserva de abetos, casa que fue del oso. Luego bajamos por asfalto el Port de la Bonaigua para entrar en el Alt Aneu, con sus pueblos de juguete y sus iglesias antiquísimas. Y más arriba por fin el deseado Montgarri, un valle de alta montaña único al sur de los Pirineos. Todo un placer para los sentidos. Pasamos la Ermita-Refugio de Montgarri y en fuerte subida ganamos el Plan de Beret. Desde aquí la senda colgada del cielo nos precipita al profundo Vall d'Aran, inicio y fin de ruta.
Bosc del Gerdar
Mata de València
Alòs d'Isil
Montgarri
 
Aran
Noche 5. La antigua fábrica de textiles.
Todo el cansancio en la botella de CocaCola apostado ya frente a la antigua fábrica de textiles reburgitando las gurbujas sin parar hasta que caigo rendido, cegado en un profundo sueño. Bajo las ruedas descanso y a lo lejos el estruendo de las naves espaciales en su particular Galaxia, y yo en la mía me adentro en los territorios salvajes de los lobos que nunca nacieron, de los viajes que nunca nacieron, de los sueños que nunca nacieron.